El actor irlandés, que saltó a la fama en 1983 gracias a la serie de televisión Remington Steele, no suele ser habitual en las fiestas y los grandes fastos que se celebran en Hollywood durante todo el año, a no ser que tenga que promocionar alguna película a punto de estrenarse. Y como ahora no es el caso, Pierce está dedicado en cuerpo y alma a su familia, y muy especialmente a su esposa, la periodista estadounidense Keely Shaye Smith, de la que se declara permanentemente enamorado.



Pierce y Keely se casaron en agosto de 2001, cuando ya habían nacido sus dos hijos, Dylan Thomas, que ya tiene 16 años, y Paris Beckett, de 12.

Cuando no tiene que rodar, Pierce, que cumplirá 60 años el próximo 16 de mayo, apenas se separa de Keely, una mujer segura de sí misma, abierta y sin complejos, que tiene totalmente cautivado a su marido.

Juntos les vimos dando un romántico y tranquilo paseo por el centro de Malibú, donde tienen fijada su residencia, hasta llegar a su restaurante favorito, Tra di Noi, especializado en comida italiana, que es la debilidad de Keely.

Brosnan, un hombre enamorado y eminentemente familiar, jamás ha dado el menor escándalo ni se le han conocido romances prohibidos, aunque Keely no es su primer amor.

De hecho, en 1980 se casó con la actriz Cassandra Harris, madre de su hijo mayor, Sean. Pero Cassandra murió en 1991 víctima de un cáncer de ovarios, y Brosnan se hizo cargo de los dos hijos que ella había aportado al matrimonio, Christopher y Charlotte.




La pareja fue a comer al restaurante italiano Tra di Noi, uno de los más famosos en Malibú y el favorito de Keely.
La vida de pierce Brosnan, uno de cuyos mayores logros artísticos ha sido dar vida a James Bond entre 1995 y 2002, cambió completamente en 1996, cuando conoció a Keely, una periodista de un diario de Los Ángeles junto a la que volvió a encontrar el amor, y con la que contrajo matrimonio el 4 de agosto de 2001, cuando ya habían nacido sus dos hijos, Dylan Thomas, que ya tiene 16 años, y Paris Beckett, que acaba de cumplir 12.





Después de casi 12 años de matrimonio, la pareja sigue tan enamorada como el primer día.